PSICOLOGÍA POSITIVA

Ayer a partir de una experiencia con mi hijo de 3 años,  me inspire en compartirles un ejemplo de cómo aprender a ser tolerante   a la frustración, para evitar  que  los problemas, las expectativas no satisfechas, las circunstancias difíciles, etc., no nos  agobien al punto de generarnos, sentimientos de fracaso,  ansiedad hasta  depresión… “ Íbamos por la avenida y él había decidido llevar su globo, uno que  día antes le había comprado esos que vienen dobles, con chispitas en el interior, caminábamos mientras él  contento disfrutaba de su globo, cuando una ráfaga de viento se lo quito de las manos y con sorpresa veía como se iba volando entre los autos…por un momento quise correr tras el globo, por qué  temía que  iba a llorar, pero luego en segundos reaccioné , era casi imposible alcanzarlo por los autos q no pararon de transitar y el viento que se lo llevaba, así que mejor me reí y le dije: hijo dile chau globito, chau chauuu…se va se va… despídelo…. Se va a ir a a cono

A menudo lidiamos con personas de mal genio o que siempre están de mal humor, estas personas ven la vida desde una óptica pesimista, negativa, fatalista, y se dejan dominar por el estrés, las presiones, generándoles baja tolerancia a la frustración, sintiéndose víctimas de sus circunstancias. Por lo tanto, proyectan  con esa actitud sus propias disconformidades, generando un clima negativo a su alrededor, y hasta el rechazo de los demás. Resulta difícil tratar con personas con esta actitud, más que todo a nivel laboral, porque generan malestar, pueden  sentirse afectado, contaminado emocionalmente, lo que va en detrimento del rendimiento laboral o del buen clima del trabajo en equipo, en este sentido  Que hacer para tratar con personas así?: Si te es posible aléjate de las personas aburridas, agresivas, negativas, que no te están transmitiendo buenas energías, no son un modelo adecuado a seguir, porque puedes tener la tendencia a repetir sus actitudes.  Si no p

 Los celos son una respuesta emocional, que va motivada por el temor de perder a la persona amada,   es una expresión normal   que puede llevar a defender el territorio o marcar límites, en una relación de pareja, el problema se torna en la forma de manifestarlo. Se torna en algo patológico cuando   viene   acompañada de angustia, ansiedad, inseguridad, posesividad, miedo al abandono, ideas exageradas creadas por uno mismo, con mucha sobrecarga emocional, se mezcla la fantasía y la realidad, lo que genera una tendencia al control desmedido, sospechas infundadas, agresión verbal hasta física.  Es posible que se pueda controlar, pero si experimenta además   todos estos sentimientos, la persona internamente sufre,   no puede disfrutar plenamente de su relación además que con ello también propicia conflicto y   dolor a la pareja, que a veces no sabe que más hacer para convencerle de lo contrario   y se va generando distanciamiento,   que va en desmedro de su propia integri