FAMILIA FUERA DE CONTROL: Peleas, si en su hogar existe el caos, es hora de tomar medidas y reconciliar las relaciones.
La
familia, núcleo fundamental de la sociedad, es un sistema complejo en el cual
interrelacionan diferentes vínculos, como el de ser pareja, padres e
hijos, y hermanos. Sin embargo, es normal que entre estos vínculos
surjan peleas, entre padres porque no estén de acuerdo en todo, difieran
en cuanto a la educación de los hijos, la administración de la economía del
hogar, las funciones domésticas. También entre hermanos ocurren peleas, cuando
son niños, defienden su espacio, hay una pugna de atención,
no quieren compartir sus cosas. Cuando son adolescentes, porque expresan sus
ideas, y buscan su autonomía.
Problemas. La dificultad mayor surge cuando estas discrepancias
se las expresan en un clima de agresividad verbal y/o físico, con descontrol
emocional, donde median gritos, insultos, amenazas, palabras
torpes, actitudes autoritarias, drásticas, a veces hasta
golpes, mellando la dignidad e integridad personal. Esto puede ser propiciado
entre los mismos padres en presencia de los hijos, los padres al ver las
discusiones entre hermanos, sancionar drásticamente más a uno que a otro. Otra
causa es mantener una posición indiferente, indulgente y sobreprotectora
no poniendo límites, no inculcando respeto a la individualidad de cada
integrante de la familia.
Culpables. Generalmente se responsabiliza a los padres, pero si
hablamos de culpabilidad estaríamos también llegando hasta los abuelos,
ya que la primera escuela para ser padres es el propio hogar donde uno se
formó. Todo responde a una cadena de modelos del cual uno es el resultado, si
las familias no se llevan bien, tienden a futuro a reproducir este tipo
de conflictos de relación con los amigos, en el estudio, en el trabajo,
con la futura pareja y familia propia que uno establezca.
El ambiente. También es posible que los padres eduquen a sus hijos en un ambiente poco afectivo o expresivo, minusvalorando siempre las capacidades propias de los hijos o de la pareja. A veces se promueve el favoritismo o preferencias, más por un hijo que por otro, por edad o género, haciendo comparaciones de virtudes y defectos, generando competencia, que distancia a los hijos entre hermanos.
El ambiente. También es posible que los padres eduquen a sus hijos en un ambiente poco afectivo o expresivo, minusvalorando siempre las capacidades propias de los hijos o de la pareja. A veces se promueve el favoritismo o preferencias, más por un hijo que por otro, por edad o género, haciendo comparaciones de virtudes y defectos, generando competencia, que distancia a los hijos entre hermanos.
Así, también a veces los padres sobrecargan de responsabilidades más a uno que a otro hijo, con la ayuda económica, en los oficios domésticos, ó como el cuidado de los hermanos menores, con actitud impositiva, como una obligación, o dándole un rol de mando que no le corresponde, lo que almacena resentimientos entre generaciones.
Buscar ayuda. Es fundamental que los padres busquen ayuda cuando sientan que se escapa de su control el poder conciliar las peleas entre ellos. Cuando sus discusiones son frecuentes, hay descontrol y mucho más si hay golpes. Si ven que entre los hijos se está dando también ello y no lo pueden manejar de la misma manera, para esto hay profesionales como los sicólogos capacitados para efectuar terapia familiar, en la cual se evalúa los vínculos, se reestructura los roles, se adiestra a poner límites y se fortalece los principios, valores y normas que los identifica como familia.
Consejos
para que los padres apliquen
Si
bien uno puede estar consiente que quiere generar otro tipo de vínculo
ocasionando un clima de unidad, respeto y comunicación fluida, es fundamental
que los padres asuman el reto teniendo presente lo siguiente:
1.-
Aceptar que cada hijo/a, es único, con sus características particulares,
sus talentos, virtudes y defectos, valorarlos y hacerles saber y sentir siempre
el afecto incondicional que uno les tiene, el ambiente de amor y calidez
siempre genera buenas relaciones.
2.-
Comprender que es normal que estén en desacuerdo y enseñarles a escucharse y
respetar la opinión del otro, desde muy pequeñitos es posible enseñarles sobre
límites, respeto sobre el espacio de uno, de los hermanos, sobre las
cordiales relaciones.
· 3.- Educar la inteligencia emocional,
que es la forma de expresar emociones, sentimientos y pensamientos, de
manera adecuada. Aprenda a diferenciar entre una discusión respetuosa en
la que cada cual expone su punto de vista, evitando que se intercambie palabras
ofensivas y mucho menos golpes y si surgiera ello, propiciar separarse
unos instantes, reflexionar, aceptar equivocaciones, pedir disculpas, así se
repitan muchas veces la misma acción, con el tiempo se logrará el objetivo. Por ultimo dé el ejemplo con su propia vida de pareja.
Lic. Fanny Parrado Flores
Psicóloga – Terapeuta Familiar
Consultas:
CLÍNICA HAMACAS
Reserva de
Hora: 736-72561
Blog.:parrado100.blogspot.com
Santa Cruz – Bolivia
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