¿Divorciad@ de tus hijos?






La relaciones de pareja en ciertas situaciones se tornan conflictivas e innegociables a partir de una serie de experiencias que van desgastando la relación ante lo que lleva a la inminente ruptura conyugal, por lo que uno de los dos decide dejar el ambiente hogareño.

Posiblemente uno o ambos cargados de emociones negativas, frustración resentimiento, ira, por todo lo que se vivió, pero será el tiempo el que permitirá comprender lo positivo  de la situación.

La pareja dejara de ser pareja, pero si hay hijos, serán hijos hasta que estos dejen de existir, por lo tanto no deben ninguno de los padres bajo ninguna circunstancia divorciarse también de los hijos ni un solo día, la relación con ellos es inquebrantable, es importante explicarles con más detalles de acuerdo a la edad evolutiva los hijos los motivos por la que los padres como adultos decidieron  su ruptura, es natural que se sientan afectados, les cueste comprender pero el tiempo y la nueva y buena relación armónica permitirá que asimilen de la mejor manera.

  • Eviten culpabilizar a uno u otro conyugue del motivo de la ruptura, si una relación no funciona depende siempre 50% de ambos por lo que se hizo y no se hizo durante la relación, autoresponsabilícense de sus acciones. 

  • Eviten castigar al conyugue con la prohibición de ver a los hijos, o ir a verlos, los hijos tienen el derecho de compartir su vida, sus actividades de colegio, momentos de recreación, salidas, viajes, etc. no pelen custodia, lleguen a acuerdos armónicamente, el hijo debe compartir con ambos padres mejor el 50%,  el contacto afectivo y de presencia es imprescindible para el fortalecimiento de su autoestima.
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  • Eviten castigar al conyugue suspendiendo el aporte económico, se divorciaron ustedes, los hijos siguen comiendo, se visten, van a la escuela, etc. deben seguir cubriendo sus necesidades económicas, de manera integral, hasta que ellos sean independientes financieramente.
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  • Eviten  distorsionar la imagen del padre o madre, hablándole mal, denigrándolo, generando una actitud de rechazo a uno u otro, porque es un arma mortal que se revierte contra uno mismo, además que se genera una cadena de disfuncionalidad para su posterior elección y conformación del futuro hogar del hijo.

Definitivamente eviten divorciarse de sus hijos o que se divorcien de alguno o ambos padres, el dolor que marcaran en ellos generará una herida lacerante que los llevara a vivir una vida de vacíos, ausencias, agresión, carencias,  limitaciones, con daño emocional irreparable que perjudicará su normal desarrollo integral como SER humano.

Muchas gracias por leerme hasta la próxima.

Lic. Fanny Parrado Flores
Psicóloga – Terapeuta de Pareja y Familia.
Centro de Especialidades Médicas - CEM

Face: Psicología Positiva
Santa Cruz – Bolivia




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